Las asociaciones cannábicas y los pacientes usuarios de cannabis, se ven desamparados ante el confinamiento del coronavirus al tener que recurrir al mercado negro para obtener su medicina.

 

Durante el estado de cuarentena se han parado multitud de actividades, que han repercutido en la sociedad. Uno de ellos, es el cannabis y su abastecimiento o distribución a sus usuarios, cuando los clubes y asociaciones cannábicas están cerradas.

Miles de pacientes en España utilizan el cannabis como una medicina para aliviar sus dolencias y mejorar su estado de salud y debido al confinamiento se han quedado desabastecidos y sin acceso a este medicamento, o han sido obligados a desplazarse a la compra en el mercado negro sin suministros fiables de calidad.

Por eso, asociaciones como la Unión de Pacientes por la Regulación del Cannabis (UPRC) piden que se permita la apertura controlada de los 1.600 clubes de usuarios existentes en España, cerrados a causa del Covid-19, para que puedan suministrarlo como un bien esencial para la vida de estos pacientes, una propuesta que también ha trasladado el Círculo Cannábico de Podemos a su grupo parlamentario para que la plantee en el Congreso de los Diputados.

En todo el estado español, los establecimientos, así como los servicios no considerados esenciales han tenido que cerrar, dentro de estos encontramos las asociaciones y clubes de usuarios de cannabis, cerrando para los usuarios de esta sustancia sus vías de suministro más legales.

En esas entidades retiraban su ‘medicina’ una buena parte de las entre 200.000 y 500.000 personas que, según las organizaciones de cannabis medicinal, pueden estar utilizando esta planta en nuestro país para el tratamiento de casos de esclerosis múltiple, epilepsias raras y fibromialgia, o el alivio de dolores crónicos agudos o los efectos adversos de una quimioterapia, entre muchas otras dolencias y afecciones.

«Los pacientes están desesperados», advierte Queralt Prat, la presidenta de la UPRC, una organización que ofrece asesoramiento médico y legal sobre el uso del cannabis medicinal y que atiende actualmente a cerca de 500 personas. Están desesperados porque ahora tienen que perder mucho tiempo en encontrar el cannabis que antes les proporcionaban en las asociaciones de usuarios con más o menos garantías, en llegar al vendedor en el mercado negro, en saltarse el confinamiento para contactar con ese traficante, en exponerse a una multa por ello, y luego en verificar la calidad de lo que le venden, si es apropiado para su dolencia o si tiene una contaminación microbiológica. «Es todo como una ruleta rusa«, se lamenta Prat.

En España, se han considerado los establecimientos de venta de tabaco (estancos) como un bien esencial y han podido continuar abiertos, Y Queralt Prat se pregunta, por qué las asociaciones de usuarios de cannabis no pueden tener la misma consideración que los estancos y los locales donde se sigue vendiendo tabaco y alcohol como productos de primera necesidad.

En España el uso del cannabis no está regulado, y por ello cada comunidad tiene unas normas diferentes de las que las asociaciones hacen uso para poder tener su actividad lo más legal posible. Debido a esta falta de regulación, el estado de alarma ha propiciado que miles de pacientes se hayan quedado sin acceso a su medicamento, pudiendo ser este un producto esencial para su salud. En otros países, como en varios estados de EEUU se ha considerado el cannabis como un bien esencial, y los locales autorizados a dispensar este producto han continuado abiertos durante el estado de alarma. En San Francisco, por ejemplo, las autoridades locales lo han justificado así: «El cannabis es una medicina esencial para muchos residentes”, por lo que los dispensarios han continuado con su práctica normal modificando el distanciamiento social e introduciendo nuevas medidas y recomendaciones de salud pública, para evitar en la medida de lo posible la propagación del COVID-19.

En otros países como Alemania, donde entre 60.000 y 80.000 personas tienen regulado el uso de los componentes de esta planta con fines terapéuticos, Italia, donde lo disfrutan unas 13.000, Israel, donde hay 35.000 beneficiarios, o Canadá, donde llegan a los 400.000.

El Círculo Cannábico de Podemos ha hecho llegar al grupo parlamentario de esta formación en el Congreso una propuesta para que se puedan abrir las asociaciones y clubes de cannabis medicinal durante el Estado de Alarma. En su petición, este colectivo señala que esas entidades, que «cumplen tan importante labor social, siempre bajo los principios de responsabilidad y solidaridad, funcionan en un limbo legal que acaba de ser arrasado por la cuarentena, y esta situación está provocando dolor y sufrimiento a quienes respetan el aislamiento». Y añade: «muchos familiares se ven obligados a romper las medidas propias del Estado de Alarma para acudir al mercado negro, donde, casi con toda seguridad, sólo pueden encontrar producto de ínfima calidad en un entorno que no es seguro».

Por esa razón muchos proponen, como el Círculo Cannábico de podemos, que se reabran los clubes y asociaciones cannábicas para poder distribuir esta medicina entre sus usuarios, respetando siempre distancias de seguridad, evitando la presencia de más de un usuario dentro del local, y demás mediadas pertinentes para evitar contagios por coronavirus.

A juicio de la presidenta de la U.P.R.C los pacientes usuarios de cannabis, son los más vulnerables, no son personas que directamente han recurrido al cannabis, si no que han tenido un largo historias de tratamientos que les han resultado inútiles y han acabado haciendo uso del cannabis como una medicina eficaz para paliar sus dolencias o enfermedades.

Por ello, no solo hay que mirar por la reapertura de los puntos de distribución de esta sustancia durante el estado de alarma, sino que hay que mirar a más largo plazo y poder realizar una Regulación del cannabis, para que este pueda ser tratado como un bien de primera necesidad.

En España el uso del cannabis y cannabinoides como medicina está reconocido, prueba de ellos es la comercialización de dos medicamentos autorizados hechos a base de esta sustancia el Sativex y el Epidiolex, utilizados para el tratamiento de algunas epilepsias raras y esclerosis.

La última vez que se preguntó a la ciudadanía por el cannabis en la encuesta del Barómetro del CIS, en noviembre de 2018, el 84% de los españoles declaró estar favor de que se legalice su uso para fines médicos, un porcentaje que casi duplicaba al 47,2% que aprobaba una regularización del uso general –recreativo y medicinal- del cannabis en determinados establecimientos y condiciones.

 

 

 

 

 

 

Fuente: Diario Publico, por SANTIAGO F. Reviejo el  08/04/2020

 

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